¿Por qué MATLAB?, ¿Por qué Maple? o ¿Cuando utilizar MATLAB, o Maple?, son quizá algunas de las interrogantes respecto a este "dilema" que a más de uno le han surgido.
Para comenzar, ambos programas fueron desarrollados allá por la década de los 80's: Maple en 1981 en Canadá y MATLAB en 1984 en EEUU. Orientados ambos a resolver problemas de matemáticas e ingeniería, no obstante, existen diferencias muy notorias: Maple está más especializado en el área del cálculo simbólico y el álgebra computacional, y MATLAB en la computación numérica y el desarrollo de modelos y simulaciones para ingeniería.
A experiencia propia, cuando ingresé al nivel universitario hace unos años, me vi pronto en la necesidad (como casi todos, imagino) de buscar un software que me permitiera hacer más llevaderos mis cursos de matemáticas, siendo las primeras tareas el trazar gráficas, resolver sistemas de ecuaciones y/o derivadas e integrales, cosas de esas. Comencé en un primer intento utilizando Geogebra, un programa muy ligero, fácil de utilizar y sobre todo gratis, pero pronto dejo de ser útil para mis propósitos (en ese entonces Geogebra no tenía herramientas de CAS). En esa búsqueda me cruce con Matemáticas de Microsoft (Versión 2009), pero de la misma forma pronto dejo de ser lo suficientemente útil. Para ese entonces tenía en mi lista de seguimiento algunos de los programas más comunes: Derive, Mathematica, MATLAB, Maple e incluso Octave. Después de escuchar sugerencias e 'investigar' un poco acerca de los mismos, me decidí por comenzar a utilizar Maple, y bueno, a decir verdad quedé maravillado, todo era más simple con Maple y además ¿qué no podía resolver Maple?, lo hacía todo.
Poco después, y por obligación, llego MATLAB, era el lenguaje de programación que utilizaría en mi curso de Métodos Numéricos. Al principio me pareció poco "amigable" y más aun porque la versión que utilizaba (R2008a) no disponía de un toolbox de Matemáticas Simbólicas, así que no podía realizar operación algebraica de ningún tipo, lo cual no representaba limitación alguna para cubrir el curso que estaba llevando.
Pero bueno, en ese entonces estaba muy "verde" como para comprender la utilidad real de un programa tan potente como MATLAB. Le abandoné unos meses, hasta que por necesidad tuve que recurrir a este nuevamente para implementar algoritmos de simulaciones numéricas en un curso de Resistencia de Materiales.
DE LA PROGRAMACIÓN...
Como mencioné anteriormente, tuve que recurrir a MATLAB para desarrollar algoritmos, y me pareció realmente sencillo de utilizar. Llevar un pseudocódigo a MATLAB resulta muy eficaz en cuestión de tiempo de implementación, además de que la curva de aprendizaje del lenguaje es muy rápida. En cambio, utilizar Maple para implementar un algoritmo es una tarea un poco desalentadora en principio, cuesta un poco más comprender la sintaxis del lenguaje. Probablemente lo anterior se deba a que MATLAB tiene muchas similitudes con un lenguaje de programación tan popular como C, en cambio Maple tiene una sintaxis muy distinta a C y más afín a lenguajes como Modula.
DE LAS INTERFACES GRÁFICAS...
En MATLAB se pueden desarrollar interfaces gráficas de una calidad aceptable y con una facilidad "tremenda", incluso con el entorno de desarrollo (GUIDE) la tarea se vuelve mucho más sencilla. Maple, también proporciona un entorno de desarrollo para Maplets (interfaces gráficas creadas en Maple), pero la documentación disponible es muy limitada, lo cual hace aún más complicado el desarrollo de las mismas.
DE LA DOCUMENTACIÓN...
Tanto MATLAB como Maple proporcionan una documentación muy extensa, con ejemplos para cada una de sus funciones, demos e incluso vídeo tutoriales en el sitio web oficial de cada uno. No obstante, en cuanto a información existente escrita por terceros, es innegable que MATLAB dispone de mucha más información, consecuencia directa del número de usuarios de cada uno de los programas.
EN RESUMEN...
Puede sonar demasiado obvio, pero lo cierto es que la elección dependerá del uso que se le dará al programa. Maple puede resultar muy útil para resolver todo tipo de problemas que involucren cálculo simbólico, en eso no hay discusión, además como herramienta didáctica en problemas de matemáticas resulta totalmente adecuado, debido a su fácil manejo y a la forma en que presenta sus resultados. MATLAB, por el contrario, resultará más útil para aplicaciones que requieran el manejo de técnicas numéricas, para desarrollar algoritmos y/o simulaciones e incluso para procesar datos que provienen de una aplicación externa.
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